lunes, 12 de abril de 2010

Encontronazo con el Talibán


Por: Pablo Méndez
Hablando en buen cubano, pudiéramos decir que la tecnología ha puesto a “defecar blandito” a la censura. Gracias a los reproductores de DVD; computadoras, memorias flash, antenas parabólicas, etc., los cubanos, hoy por hoy salvan la zona de silencio en que nos ha sumido el régimen mediante la generación de interferencias en las bandas de Radio y TV Martí, y de forma furtiva nos proveemos de informaciones tomadas por videocámaras de aficionados, o teléfonos celulares que en muchos casos han dado la vuelta al mundo a través de You Tube.
Un ejemplo de ello lo evidencia la protesta de los estudiantes provincianos del ISA, que hartos de las malas condiciones de alojamiento, alimentación, y el déficit de agua en sus albergues, tomaron el comedor de su facultad y tras intercambios verbales con sus profesores, también ilustraron su inconformidad desbocando su talento creativo, con la gráfica, la música, la danza, y un ritual donde un alumno vertió sobre su cabeza residuales de sancocho. Igualmente quedó patentizado por parte de los estudiantes—“que el evento, no era una huelga”—pero la posición tomada era el único recurso para que sus demandas no fueran soslayadas por la jerarquía del centro, y el “pacifico motín” concluyó con una reunión presidida por el rector de la citada universidad, donde se argumentaron cuestionamientos que tomaron como referencia los recursos asignados a otros centros como la UCI, y la Escuela Latinoamericana de Medicina, y tras refinadas peroratas el film concluyó con la lectura de un manifiesto en que los protestantes revelaron su fe en el socialismo, y agradecen a los dirigentes “el pasado” pero acotan “que el futuro pertenece a ellos”—¡claro!— a manera de quedar a manos con el señor feudal que de seguro los fisga por entre las aspilleras de su burgo podrido, y con el ademan de su mano puede hacer añicos sus carreras.
Pues resulta que según informaciones en— off record—reventó otra protesta estudiantil—pero esta sí fue gorda—y aconteció la semana pasada, a 140 kms al oeste de la capital, y su locación se encuentra en las inmediaciones del municipio Jagüey Grande, donde se albergaba un grupo de becarios paquistaníes que cursan estudios de medicina, acorde a un programa de becas internacionales otorgados por el gobierno cubano, y tras vencer dos años de su carrera, permanecían inactivos desde el mes de septiembre ya que tienen que ser reubicados—según su plan de estudios—en disímiles hospitales de las provincias centrales para adiestrarse en las practicas profesionales, y hasta la fecha no recibían respuesta del organismo responsable, además muchos alegan que se sienten engañados por los videos publicitarios que promocionó la embajada cubana en sus países. Bueno lo cierto es que los turcomanos acudieron a la violencia, tomaron como rehenes a algunos custodios y personal de servicio, quemaron colchones, llenaron de grafitis las paredes, y pretendían hacer estallar un descomunal depósito de gas licuado que abastece la cocina, pero la rebelión fue sofocada a patadas y piñazos por tropas especiales del MININT, y el resultado final fue la deportación inmediata de 15 estudiantes y el desarticulado de la institución con el envío de sus becarios a otros centros de estudio.
Los pobladores comentaron que en los días de la reyerta la telefonía celular del municipio y otras zonas aledañas quedó desconectada, y los estudiantes fueron trasladados en convoyes fuertemente vigilados por policías vestidos de civil, al tiempo que las sirenas resonaron sin cesar a través de las carreteras para que les abrieran paso. Por tanto, el antedicho suceso denota que tal y como era de esperarse, el régimen castrista ya estrenó su primer encontronazo con el Talibán.

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