lunes, 12 de abril de 2010

Mediática Pérez


Por: Pablo Méndez

Ciudad de Santa Clara, 2 de la madrugada del 1º de Abril. El equipo Industriales sacó el último out, se corona campeón de la 49 serie nacional de base- ball. La multitud que apoya al equipo anfitrión comienza a retirarse del estadio; la fanaticada vaga por las travesías, están silenciosos, decepcionados, los fuegos artificiales fueron retirados de sus emplazamientos, los claxon de los vehículos no resonaron por las calles, y los portazos se escuchan por doquier. En las cercanías del evento, y tumbado sobre una cama del hospital provincial Arnaldo Milian Castro, el opositor Guillermo Fariñas se debate entre la vida y la muerte a causa que el régimen castrista continúa ignorando sus demandas, han trascurrido 40 días de huelga de hambre y su debilitamiento progresa, aunque permanece conectado a una manguerita enchufada a su torrente sanguíneo. Sin embargo, más allá, hacía el noroeste, en la capital cubana revienta el regocijo de los industrialistas, pronto atronaron toques de cazuela, tambores, gritos de: — ¡Industriales campeón!— ¡llora palestino!— ¡fuera palestino!— ¡palestinos chivatones!— ¿Quiénes son los palestinos?; son los policías, los canchanchanes del régimen, “los pinchos del gobierno”. Al día siguiente la Habana se abarrota de pulóveres y gorras azules, se les otorga al equipo el recibimiento más grande de la historia, las congas continúan por las calles, el tráfico es obstruido por los fanáticos, la policía batalla por restablecer el orden, los megáfonos amplifican las advertencias de los vigilantes, pronto se exacerban los ánimos, y emergen más gritos de— ¡fuera palestinos!—el equipo Industriales, saluda a su pueblo que del mismo modo los premia por haber jugado con garra, por venir de abajo pese a los pronósticos adversos, y aunque tras la victoria no centellaron los fuegos artificiales en la bóveda celeste de la ciudad, la multitud llenó el vacio con sus vítores y al mismo tiempo evidenció que el triunfo acaparó la atención de todos, sin embargo, al atardecer, una locomotora envistió el lienzo de bienvenida extendido en la Estación Central, seguidamente descienden de sus vagones los delegados al 9º congreso de la UJC, y mientras marchan por los andenes sólo reciben la más burda ignorancia del pueblo. Al día siguiente en el malecón, y sobre una explanada que afronta la oficina de intereses de EE UU, se celebra la victoria del equipo Industriales, los grupos musicales se unen con los héroes beisbolistas, la muchedumbre está teñida de azul, y se zambulle en un mar de exclamaciones. A pocos kilómetros y en línea recta hacía el Country Club, la platea del Palacio de las Convenciones, es asaltada por los delegados al 9º congreso de la UJC, el ciclorama maximiza la imagen de Fidel, que aún vivo, encabeza el martirologio junto al Che; Camilo, Mella, y Martí. Comienzan los debates que se emponzoñan con imágenes blanquinegras ya detenidas en el tiempo, vuelven a reiterarse las mismas peroratas de sus antecesores, aburren, con sus pronunciamientos sobre la vida interna, la ejemplaridad, y la influencia partidista, se esfuerzan por rescatar una juventud ya perdida en la frustraciones, en la miseria, en un futuro incierto, no acatan la irreversibilidad del problema, y continúan empecinados en mantener una organización desmoralizada, una fabrica de tronados y corruptos evidenciada por la impronta de: Landi; Robaina, Vicky, Lage, Otto Rivero, Hassan, Balenciaga, y Pérez Roque, todavía pretenden que un “temba” como Silvio Rodríguez, retorne con sus influencias de Jean Dean cabizbajo, que se arrodilla ante sus amos, pero la nueva generación lo ha trastrocado por las andanadas raperas de Los Aldeanos, donde se descorren las crudas realidades que se expanden en hosco lenguaje a través de las puertas del bar Barbarán. Raúl irrumpe en el plenario mostrando el arquetipo Brezneviano, arribó al podio, trajeado, sin corbata, pero con estrella de héroe, reitera lo mismo de siempre, quiere romper dogmas, pretende cambiar conceptos— ¡amenaza, y no ataca!—ya frisa los 80 años, y aún continua siendo de segunda línea, carece de iniciativas para mantener un socialismo que día a día se va desmerengando. Orienta en su discurso el golpe principal de la maquinaria guerrera hacia la “Campaña Mediática”, enfatiza que en estos momentos peligra la mascarada de nación filantrópica—y desesperadamente—recurren a vilipendiar a sus oponentes como mercenarios, y delincuentes comunes de alta peligrosidad como Guillermo Fariñas, un psicólogo, un especialista en el conocimiento del carácter, la intimidad humana, y el control de la ira, que paradójicamente y según sus alegatos ha sido capaz de agredir físicamente a una mujer, y a una anciana. Sin embargo, algunos boquiabiertos, se preguntan, ¿si los que traficaron cocaína por vía directa con Pablo Escobar, los que lavaron dinero en nuestras cadenas hoteleras, los que desfalcan millones aprovechándose de su liderazgo, también son disidentes? Malleta el primera base del equipo Industriales en su entrevista por el Canal Habana, confiesa que el equipo decidió congregarse, y llamarse a capítulo, asimismo hicieron un referéndum democrático, y excluyeron de él al manager, y los técnicos.

Entretanto, por allá, por los remates de la Sierra Cristal, y en las inmediaciones de un riachuelo llamado Bernardo, una niña llegó al mundo, mientras los vecinos del caserío se reunían para condenar la campaña mediática contra Cuba, y sus padres como gesto de apoyo, decidieron públicamente bautizarla con el nombre de Mediática Pérez.

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