lunes, 20 de septiembre de 2010

La trifulca de los estudiantes pakistaníes




Por: Pablo Méndez

Por el canal Mega TV , y a través del programa María Elvira live, se revelaron imágenes de tropas antimotines del MININT portando fusiles AK-47, bayonetas caladas, perros, etc., dispuestos a disolver una rebelión de estudiantes pakistaníes en la escuela internacional de medicina Máximo Santiago Haza, ubicada en el municipio Jagüey Grande de la provincia Matanzas.
El hecho acontecido el 7 de abril del año en curso fue publicado en este blog, con fecha 11 de Abril, bajo el titulo de “Encontronazo con el Talibán” y fue elaborado en base a una información llegada en—off record—y acorde al testimonio de una joven pakistaní cuyo novio era una de los cabecillas de la sublevación, argumentando a través de su alegato que las causales para recurrir a la violencia como método de protesta fueron provocadas por la inactividad a que estaban sometidos desde septiembre del 2009, puesto que los estudiantes de 2º año debían ser ubicados, según sus planes de estudios, en distintos hospitales de la región central del país para realizar sus prácticas , sin embargo, sus reclamos eran desoídos por las autoridades—agregando a su historia—las contradicciones entre la realidad y los videos promocionales rodados por los funcionarios de la embajada cubana en su país, con el fin, de llevar a cabo un “programa de ayuda humanitaria” mediante el otorgamiento de becas, y con ello, lavar la imagen de violador de los derechos humanos que la opinión publica mundial, y los organismos internacionales le han endilgado al régimen de la Habana.
Los estudiantes sublevados; tomaron rehenes, quemaron colchones, lanzaron televisores desde los balcones, mancharon paredes con grafitis, y se proponían hacer estallar un voluminoso tanque de gas licuado que abastecía a la cocina del plantel, por tanto, el esfuerzo del régimen para establecer el orden a través de los destacamentos antimotines—no hubiera trascendido—si en dicho lance no hubieran empleado fusiles con bayonetas caladas, para disolver a un grupo de estudiantes desprovistos de armas de fuego.
En Cuba, una de las imágenes más explotadas por los medios para vilipendiar el capitalismo, son las reproducciones de reyertas entre antimotines y manifestantes que suelen acontecer en otros países que ejercitan la libre expresión, y por conducto de los vídeos se proyectan en nuestras pantallas con lujo de detalles las furias de las turbas que frecuentemente lanzan pedradas, y hasta cocteles molotov contra las líneas de polizontes, sin embargo, hemos comprobado que los pertrechos utilizados por tales destacamentos son: cachiporras de goma; escudos plásticos, gases lacrimógenos, vehículos con cañones de agua, y balas de gomas entre otros.
Lo cierto es que las tropas anti motines cubanas empuñaron fusiles de asalto con bayonetas caladas durante la trifulca, y tal acción, nos evidencia que las ordenes encomendadas tenían matices drásticos—o sea—es probable que existiera el mandato de disparar, o clavar las citadas bayonetas, si las circunstancias así lo exigían para someter a este grupo de jóvenes sublevados, exteriorizando de esta forma desconfianza hacia la efectividad de los cuerpos especializados del MININT, muchos de los cuales practican y dominan novedosas técnicas de artes marciales, pero tras los sucesos del “Maleconazo” acontecidos en 1994 y según el criterio de algunos especialistas, se comprobó que de nada sirve el dominio de tales habilidades frente a las pedradas o los objetos contundentes lanzados desde todas partes. Aunque también se hizo evidente la maquinación del régimen por aplacar los disturbios con urgencia y evitar de esta forma que no trascendiera a los medios informativos, y en su afán por ocultarlo, desconectó la telefonía celular de los municipios colindantes incluyendo la zona turística de Varadero.
Además se destapa la discapacidad del equipo que asume la dirección del mencionado programa de becas, puesto que la idiosincrasia de los educandos de otras latitudes, que incluso practican otras religiones y costumbres los mueven a valuar las “promesas” de un modo más intransigente, y no están habituados a recibir “muelas”; “peloteos”, y “vaselina” cuyos subterfugios se utilizan abusivamente por parte de los directivos cubanos.Por tanto—yo supongo—que la imagen sembrada por nuestros médicos tras el terremoto que azotó a la República Islámica de Pakistán, haya sufrido un radical deterioro después de iluminarse a través de las pantallas este vídeo, y hacerse públicas las declaraciones de los jóvenes estudiantes de medicina que la dictadura pretendía adoctrinar mediante sus programas de becas.

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