lunes, 20 de diciembre de 2010

Todos desconfían


Por: Pablo Méndez

En una secuencia de la película “La lista de Schindler” dirigida por Steven Spielberg, un oficial de las SS interpretado por el actor ingles Ralph Fiennes, luego de ser designado como comandante de un campo de concentración, se dispuso a recorrer las instalaciones acompañado de un grupo de oficiales, de súbito una ingeniera judía lanza una reprimenda contra un grupo de trabajadores-prisioneros, ella explica que “los cimentos estaban mal hechos, y sino corregían el problema, cuando levantaran las paredes de seguro se vendrían abajo”, el comandante ordenó que le dispararan en la nuca, y después exclamó:—¡ hagan lo que ella dijo!—
Cuando Raúl tomó posesión del cargo, destituyó a José Luis Rodríguez, partidario del sistema económico apoyado en la privatización de empresas, y en su lugar nombró a Marino Murillo con el marcado pretexto de hacer todo lo contrario.
El hecho de sacar del baúl del MINFAR a un curandero para sanear la economía, obedece a que las medidas a aplicar también deben resonar agradablemente en las orejas de la dirigencia tradicional, con reformas donde primará la economía planificada; la empresa socialista, la renuencia a la concentración de la propiedad, y el rechazo a la economía de los chinchales. En su análisis de los 271 lineamientos a tratar en el próximo Congreso del PCC, y ante un plenario de diputados temerosos de polemizar con los de arriba, el actual ministro de economía y planificación hizo un vuelo rasante sobre cada de los tópicos, cerrando su intervención con el informe del balance económico del año 2010 donde afirmó que la economía cubana alcanzó otro fantasmagórico crecimiento del 2,1%, además, fue aprobado por unanimidad el presupuesto para el 2011, donde el proceso inversionista se reducirá a cero, sin embargo, se prevé otro crecimiento del 3,1%.
Más adelante Raúl en sus conclusiones, (y tras narrar sus inevitables crónicas de la guerra) volvió a aseverar su intención de mantener el curso socialista de la revolución, condenó la mentira como el octavo pecado capital al referirse a las informaciones falsas dadas por funcionarios estatales, y por el mismo conducto hizo un llamado a no “demonizar” a los trabajadores que serán despedidos y se incorporarán al sector cuentapropista, después anunció el “enterramiento del secretismo”, y lo ejemplificó, dedicándole espacio a los recientes ex-miembros del buro político (no corruptos) pero tronados por mal trabajo: Pedro Sierra ( ex–ministro de transporte), Yadira García (ex–ministra de la industria básica), y Pedro Sáenz (ex–primer secretario del PCC en Ciudad Habana), pero contradictoriamente la teleaudiencia quedó en ascuas cuando el nombre del general de división Rogelio Acebedo (ex–presidente de la aeronáutica civil) quedó varado en el purgatorio, aunque enfatizó que el peso de la ley se aplicará sin distinciones ante la corrupción imperante. Casi finalizando el discurso, sugirió a todos aquellos que no puedan cumplir con sus obligaciones renunciar al cargo para evitar ser destituidos, y lo más alentador de sus palabras fue el reconocimiento de que el venidero congreso será el último de la veteranía dirigente.
A pesar del optimismo mostrado en la cónclave por arreglar en sólo 4 años lo que no fueron capaces de lograr en 50, la vox pópuli comenta que en las asambleas llevadas acabo en comunidades y centros laborales para analizar los lineamientos del próximo congreso, se ha revelado por parte de los participantes desconfianza hacia el gobierno y la capacidad de sus dirigentes en su mayoría ancianos octogenarios. Raúl en sus más recientes apariciones ha manifestado receptividad hacia las opiniones vertidas “vengan de donde vengan”, aunque las críticas a su administración ya se manifestaban en las calles; las guaguas, comercios, y centros laborales, asimismo, a pesar de ponérsele luz verde a una “espectral glasnost”, ninguna de las inquietudes más enérgicas han sido expuestas con detalles en la pequeña pantalla.
En los años 80, la URSS mostraba condiciones paralelas a la actualidad cubana (según una cita del periodista ingles John O Sullivan en su libro El trío que cambió el mundo)(…)…“Su participación en el comercio mundial era de un 2%, su consumo per cápita era un 50% inferior al europeo, había racionamiento de azúcar, carne, grasa, y hasta de la famosa salchicha rusa, 300 ciudades y poblaciones carecían de alcantarillado central, la vida fuera de Moscú, Leningrado, y otras ciudades era prácticamente primitiva, sólo la 5ª parte de las carreteras estaban abierta todo el año, más de 100 millones de personas se apiñaban en espacios vitales de 9 metros cuadrados, había contaminación ambiental y el ministro de sanidad alegó: “ que para vivir había que respirar menos”. Los ciudadanos soviéticos llevaban 70 años viviendo en esas condiciones, habían dejado de creer en el régimen con sus promesas de mejoras económicas, y probablemente hubieran continuado conformándose durante otros 70 años más—sin embargo—la glasnost significó poder hablar abiertamente, y empezaron a culpar al socialismo de sus problemas”…

Veremos lo que acontecerá el año que viene.

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