lunes, 14 de diciembre de 2009

Ruidos en el sistema por: Pablo Méndez




Un señor se me acercó, para informarme que había dejado de consumir el picadillo texturizado con soja, (un alimento asignado por la canasta básica a razón de 0.23 kg por persona), debido a que le fue revelado por un sujeto que trabaja en su preparación: Que las ubres; anos, vulvas, penes, y testículos de los bovinos engrosaban la materia prima para su elaboración. (La persona no quiso identificarse por temor a la represión)

Corrupción

Otro vecino me comentó que se dirigió al banco ubicado en las calles Línea y Paseo, en el Vedado, para hacer una extracción, y luego de permanecer por varios minutos ante la ventanilla observando como los bancarios consultaban documentos, ordenadores, jefes, etc. Fue informado que debía trasladarse a otra dependencia situada en el edificio Focsa para reclamar su dinero. Entonces se presentó en dicha entidad—y luego de solicitar una explicación—lo condujeron a una oficina donde le notificaron la imposibilidad de saldar sus fondos por un problema burocrático. A la sazón, él les respondió: —“Siempre he considerado que los bancos son instituciones serias”—, y la empleada trató de serenarlo anunciándole que al día siguiente una persona lo visitaría para atender su reclamación. Y efectivamente, al otro día una funcionaria se personó en su domicilio calificando el desplante como un “error lamentable”, y le comunicó que pronto retornaría—y asimismo ocurrió— Apareció con un fajo de billetes, liquidó la totalidad del depósito más intereses, retuvo en su poder la libreta bancaria, y se marchó. —“Ahora, le tengo miedo a los bancos”— exclamó, luego de pedirme que lo publicara en el blog.

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