lunes, 25 de octubre de 2010

Arriban a las 10 mil horas de trabajo los grupos electrógenos


Por: Pablo Méndez Piña

Arribaron a las 10 mil horas de trabajo un alto porciento de grupos electrógenos de emergencia instalados en el sistema electro-energético nacional, por tanto, se impone según las recomendaciones de los fabricantes el recambio urgente de un importantísimo conjunto de piezas, que implicarían la cuasi re-motorización de las máquinas.
Según informaciones en—off record—las piezas a sustituir son: juntas; rodamientos, arboles de levas, bielas, metales, pistones, camisas, aros, válvulas, baterías, filtros, además, para ello se necesita un descomunal volumen de lubricantes. Seguidamente, los especialistas me detallaron que si no se priorizan estos recambios las máquinas comenzaran a perder eficiencia, o sea, tendrán que consumir más combustible por cada Kw hora generado, multiplicándose del mismo modo las posibilidades de roturas. Asimismo, la mayoría de los grupos electrógenos a re-motorizar son los identificados con las marcas Guascor (España), y Man (Alemania), por cierto, esta última firma ya retiró sus oficinas de La Habana.
La instalación a lo largo y ancho de la isla de múltiples baterías de grupos electrógenos, surgió a raíz del colapso energético del 2005, y dicho procedimiento—según criterios a contracorriente—fue arremetido para solucionar desesperadamente una complicación que demandaba al menos de 5 años para resolverse por medio del montaje de nuevas plantas termoeléctricas—sin embargo—discordantemente algunos expertos argumentan que dicha ensambladura sólo hubiera demorado 18 meses aplicando una óptima organización de obra y un régimen de 24 horas con 3 turnos de trabajo.
También la “Revolución energética” manejó concienzudamente razones estratégicas de índole militar y contra huracanes, no obstante, se dividen los criterios a consecuencia de que algunos técnicos afirman que la solución de arrimar la generación a los consumidores disminuyen las pérdidas en las líneas de trasmisión, mientras otros argumentan que tales ventajas no son sustanciales puesto que el acarreo de combustible hacia los emplazamientos elevan los costes y producen pérdidas aún mayores.Además el gobierno cubano sustituyó un alto porciento de refrigeradores obsoletos; distribuyó cocinas eléctricas, hoyas arroceras, cambió bombillos, mejoró las líneas de distribución, instaló grupos de Fuel-oíl, gas acompañante, y turbinas eólicas, igualmente, aumentó las tarifas eléctricas en progreción geométrica hasta elevar el precio de los (1000 Kw-h) a la equivalencia de 51 dólares que supera en un 20% el costo de igual consumo energético en el estado de la Florida, numeraciones que para el cubano medio representa un cúmulo de tres meses de salario, mientras que para el floridano con salario mínimo constituye un día de labor. También se evidenció que la dirigencia cubana solucionó este mega-problema a través de los mercados asiáticos, y europeos, y del mismo modo se abstuvo de elaborar justificaciones a costa del embargo norteamericano.

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