lunes, 12 de septiembre de 2011

Asesinato y suicidio en Guanabacoa.

Pablo Méndez.
José Ángel y Doris están muertos. Los ceramistas, pintores, bisuteros, artesanos y vendedores del almacén “San José” permanecen afligidos y lamentan sus ausencias.
Cuentan que José Ángel fue veterano de la guerra en Angola. En el momento de su muerte frisaba los 70 años. Por la década de los noventa comenzó a vender pulóveres estampados con la imagen del Che, anuncios del ron Habana Club, y otras iconografías codiciadas por los turistas; también disponía de una mesa para vender en la Plaza de la Catedral. Hace más de 17 años inició una relación informal con Doris, una mujer oriunda de las provincias orientales y 25 años más joven, quien también participaba del negocio, ambos eran joviales y con prontitud se ganaron el aprecio de sus compañeros.
Con el decurso del tiempo, el ejercicio de las ventas produjo considerables dividendos, José Ángel compró dos automóviles, ya tenía una casa en Guanabacoa y construyó otra en Santa Lucía, un pueblo localizado al norte de Pinar del Rio.
Tras restaurarse el almacén “San José”, por parte de la Oficina del Historiador, todos los expendios que circundaban el parque de la Maestranza fueron trasladados al nuevo asentamiento, pero ya la relación entre José Ángel y Doris había terminado y arrendaron sitios independientes.
A pesar que Doris tenía otra relación amorosa, se mantenía conviviendo con José Ángel. Sus amistades testifican que en reiteradas ocasiones él le pidió que se marchara, pero ella se resistió a abandonar la casa, argumentaba tener derecho a la mitad de los bienes, aunque no estuvieron legalmente casados, por ende, contrató a un abogado para iniciar el litigio.
En la madrugada del pasado 30 agosto José Ángel se tiró de la cama, a hurtadillas caminó hasta el aposento de Doris, aprovechando que estaba dormida rodeó su cuello con un alambre y lo tensó hasta verla morir, luego amarró una soga a la barandilla de la escalera y se ahorcó. Al día siguiente, el hijo de José Ángel hizo el macabro descubrimiento, después halló una carta donde se exponían los móviles de la tragedia.

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