Café mesclado con TNT

Pablo Méndez

Según expresa, un directivo del policlínico comunitario "Marcio Manduley", ubicado en la calle San Lázaro e/n Escobar y Gervasio, municipio Centro Habana, el jueves 12 de mayo se emitieron 5 certificados médicos a personas quemadas por explosiones de cafeteras.
A pesar de las advertencias impresas en las envolturas del nuevo café mesclado, donde se indica: llenar de agua hasta el nivel de la válvula de seguridad, no comprimir el polvo en el depósito, y cocer a fuego lento, al parecer no resultan suficientes, debía agregársele al rótulo ¡salga de la cocina inmediatamente!
No es la primera vez que productos de manufactura estatal han ocasionado accidentes en nuestros hogares, aún muchos recuerdan el terror de las “croquetas explosivas”, unas de las pocas ofertas al alcance de los más necesitados durante los años del “periodo especial”. Me contaba un amigo, que él asumía el rol de cocinero porque su esposa tenía miedo, entonces, se resguardaba con un peto y guantes de soldador, se colocaba en la cabeza un casco de motorista, y espumadera en mano hacía frente al ametrallamiento de grasa hirviendo.
Los más pragmáticos buscan soluciones, y piensan en retornar a los antiguos métodos de colar café mediante un embudo de tela, incluso, alguien proyecta una línea de producción para hacer coladores suspendidos por un trípode.
Entretanto, algunos “catadores” sienten el mismo sabor, otros lo comparan con un brebaje medicinal, mientras la tercera opinión apela a la fortaleza de los estómagos cubanos, curados con “fricandel”, pasta de oca, picadillo de soya, pan con bistec de frazada, etc. Mientras conversan los más viejos adictos a la tasa de café mañanero, recuerdan como hace más de 50 años, los molinos de las bodegas inundaban las cuadras con el aroma de café cubano y ahora no les queda otro remedio que consumir un producto que además de malo, es peligroso. “¿No querían comunismo?, pues ahí lo tienen”, exclamaba el más susceptible de los tertulianos.