lunes, 9 de mayo de 2011

El “asesinato” de un terrorista

Pablo Méndez( La Habana, Cuba)

El terrorista saudí Osama Ben Laden está muerto y yace en el fondo de los mares, según informes provenientes de la Casa Blanca.
Osama era un joven de 23 años cuando se alistó entre muchos musulmanes de todo el mundo que acudieron a Afganistán para combatir en la “Guerra Santa” (Jihad ) anti soviética, como testimonia un informe del FBI presentado al congreso.
Con sus casi dos metros de estatura parecía desgarbado, pero en realidad era bastante atlético, y muy hábil como jinete, corredor, escalador y jugador de futbol, aunque participó al menos en una batalla real, no se destacó entre los voluntarios por tener grandes conocimientos religiosos, sino porque tenía acceso a la fortuna de su familia, integrada a la “Cadena Dorada”, red de apoyo financiero a la Jihad antisoviética, forjada por las financieros Saudíes y de los estados del Golfo Pérsico.
Junto al palestino Abdulah Azzam, fundó Al-Qaeda, organización terrorista que protagonizó varios atentados en embajadas, bases, y barcos norteamericanos. En 1999 estaba entre diez los terroristas más buscados por EE UU. Para entonces ya financiaba el proyecto de otro terrorista por cuenta propia, llamado Khalid Sheikh Mohamed, originario de Beluchistan (región que linda entre Pakistán e Irán) y excombatiente de la Jihad, que fue el gestor de los atentados del 11 de septiembre.
Tras el holocausto del World Trade Center, donde perdieron la vida más de 3000 civiles inocentes, Osama se responsabilizó con la ejecución de los mismos a través de un video hecho público por la cadena Al-Yazzira.
Desde la administración del presidente Bill Clinton, la CIA trató de eliminarle. En una ocasión, un agente saudí informó que Osama se reuniría en un campamento de Afganistán. Se tramó un ataque con misiles desde acorazados surtos en el Golfo Pérsico, pero antes, se avisó al gobierno pakistaní para evitar la posibilidad de un conflicto nuclear con la India—por las tensionadas relaciones que existían entre ambos países—pero, la operación fracasó, ya que según se comprobó posteriormente, la inteligencia pakistaní alertó a Osama.
Tras su muerte, a manos de un comando norteamericano que irrumpió en su bunker donde vivía desde hacía cinco años, la reacción en los medios cubanos y populistas de América Latina, no se hace esperar, Osama se ha convertido en un mártir del sentimiento anti-yanqui.
Según, las más recientes reflexiones de Fidel Castro ex -hombre fuerte de Cuba, Osama fue asesinado por los yanquis, y no ejecutado por un comando que arriesgó su vida en la operación, ya que según informaciones (hasta ahora imprecisas) se hallaba desarmado en el momento que dispararon sobre él. También alega que era un hombre enfermo, que desde hacía más de 10 años padecía una insuficiencia renal, y estaba sometido a un constante tratamiento de diálisis. En su comentario exacerba las dudas sobre su muerte ya que no se mostraron secuencias fílmicas, ni fotografías, y estimula a la comunidad árabe a enfrentarse a EE UU, por su falta de respeto, ante el hecho de no haber informado al gobierno pakistaní sobre la operación llevada a cabo por los efectivos del comando Delta. También considera que el cadáver de Osama fue ultrajado al ser lanzado al mar, con el objetivo de que la comunidad musulmana se sienta ofendida. Igualmente alega que desde ya, Obama trata de acumular votos para las elecciones venideras
Lo cierto es que Fidel Castro, en su artículo, lanza estas bombas de profundidad, porque interiormente se siente molesto, él, ahora es un desinformado más, y supongo que lo invada la misma comezón que yo sentí, cuando vimos el video donde el presidente Obama y la secretaria de estado Hilary Clinton, presenciaban la operación de ajusticiamiento dibujando en sus rostros la catarsis de los impresionados por un thriller.
Pero tampoco considero que se tomen muy en serio sus afirmaciones, no me pasa por la mente, que después de sus reflexiones, se le otorgue a los que sean condenados a muerte, la gracia de empuñar un fusil, para liarse a tiros contra el pelotón de fusilamiento. Además, habría que mostrar los videos de todas las ejecuciones llevadas a cabo hasta la fecha en Cuba, para comprobar, si los sentenciados fueron asesinados o se le dio el derecho a la defensa de su vida—y algo más—confirmar si es verdad que están muertos.
Me imagino que Castro, y la fauna de sus seguidores populistas que le secundan con sus conjeturas, estén prendiendo velas, y dando patadas en el piso, para que Wiki Leak, o algún hacker loco desclasifique los videos de la operación—algo que me parece difícil—por consiguiente, seguirán saboreando el amargor de la desinformación. Algo que también nos molesta a nosotros, los que estamos doblemente desinformados.

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