lunes, 16 de mayo de 2011

El misterio sobre la muerte de Juan Wilfredo Soto

Pablo Méndez

En época de los Césares, matar a un hombre costaba el equivalente de 75 centavos. Sin embargo, dos milenios después, en Cuba, la tarifa parece resultar más económica.
Raúl Castro en su más reciente discurso, puso luz verde a las turbas, autorizándolas para que golpeen a los disidentes bajo la convicción de defender la revolución, y el domingo 8 de mayo se materializó trágicamente su arenga, cuando según informaron las medios, Juan Wilfredo Soto un opositor villaclareño, expiró tras ser golpeado brutalmente por la policía en el céntrico parque Leoncio Vidal.
Veinticuatro horas más tarde el gobierno cubano, emitía una nota informativa, donde se reiteraba el mismo discurso que comienza, vilipendiando a la víctima, después se procedió a emitir un dictamen médico, donde se alegó que el occiso falleció a causa de una pancreatitis aguda, no exacerbada, por la tunda de golpes que se le propinó, haciéndose énfasis en el cúmulo de padecimientos graves que sufría.
Al día siguiente, la televisión emite un reportaje protagonizado por los familiares, quienes monologaron ante las cámaras, que Juan Wilfredo, violaba el régimen de tratamientos indicados por los médicos, que era un hombre muy enfermo, y al mismo tiempo aseguran que no tenía magulladuras en su cuerpo, también calificaron de calumniosos los alegatos de la prensa extranjera.
Más adelante varios médicos expusieron la misma semiótica, incluso, uno de los entrevistados indicó golpeando la mesa, la metodología como si resolviera un formulismo matemático.
En caliente, indagué por el barrio, y según criterios, los familiares de Juan Wilfredo, no mostraron dolor, no hubo conmoción—“Tal parecía que había muerto el perro de la casa”—citó uno de los opinantes, también surgieron dudas: No saben cuál fue el set de filmación, si era el lobby de un hotel o un despacho de la policía política, también se emitieron interrogantes de: ¿por qué no mostraron fotografías del cuerpo de la víctima?, ¿por qué los médicos no ofrecieron una conferencia de prensa?, ¿por qué no se realizan investigaciones por parte de una equipo multidisciplinario?, ¿por qué tenemos que creer en ellos?
Coincidentemente, el día 13 de mayo, a las 2:00 PM, el Canal Multivisión, ofreció un espacio dedicado a ciencia forense, donde la Dra Garavaglia (Doctora G) analizaba el cuerpo de una menor que falleció en su cuna. La científica, expuso: “Que en estos casos, donde las víctimas son niños, el primer paso, consiste en hacer un examen detallado del cuerpo para buscar señales de maltrato físico, de no hallarlas—esto no sugiere descartar la posibilidad—producto que hay hematomas que no brotan en la piel, por tanto, es necesario buscar los signos de golpeaduras en el interior del cuerpo”.
Algunos testigos que participaron en el antemencionado reportaje, expresaron que Juan Wilfredo, no fue vapuleado por la policía, incluso, dijeron que cooperó cuando fue conminado a entrar en el patrullero, sin embargo, existen testimonios de algunos disidentes que han sido apresados y denunciaron golpeaduras dentro de los carros de la seguridad del estado.
Si el régimen cubano desea aclarar ante el mundo, la verdad sobre la muerte de Juan Wilfredo Soto, tiene que hacerlo de una forma trasparente, y justa. En caso de negarse, confirma que el asesinato de un hombre en Cuba, cuesta menos de 75 centavos como en los tiempos de la antigua Roma.

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