lunes, 13 de junio de 2011

El sindicato, un gigante dormido.




Pablo Méndez

El Lunes 16 de mayo, el diario oficialista “Trabajadores”, publicó una nota, donde citaba que Carlos Reyes Martínez, representante sindical de un grupo de cuentapropistas que conducen los conocidos “bicitaxis” en el municipio Centro Habana, junto a la secretaria sindical del Servicio Informático de Ferrocarriles (SIFER), entidad estatal donde pagan sus cuotas sindicales, demostraron a las autoridades competentes, que uno de sus afiliados tenía sus documentos en regla, tras ser multado injustamente por los inspectores.
Cinco días después, en el almacén “San José”, sito en la calle Desamparados, en el municipio Habana Vieja, se efectuó una encuesta, para sondear, si los artesanos y artistas que ejercen el cuentapropismo, deseaban afiliarse a un sindicato estatal. Según fuentes, un considerable porciento no mostró interés por la propuesta.
Una semana más tarde, en la empresa de producción y elaboración de alimentos (EPEA) “Cuba-Finlandia” localizada en la calle Clavel, en el municipio Cerro, un grupo de trabajadores reveló a este reportero, que no conocían a Salvador Valdés Mesa, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC). Al preguntarles, si su comité sindical defendía sus derechos, sólo respondieron con sonrisas.
Por otra parte Emilio Jerez secretario organizador del CONIC ( Confederación Sindical disidente) alega, que la OIT (Organización Internacional del Trabajo) de la cual Cuba es signataria, plantea en sus convenios Nº 87 y Nº 98, el derecho a la libre asociación y a organizar sindicatos libres respectivamente, pero el régimen incumple sus compromisos al negarle la autorización a los 22 gremios independientes de la CONIC, alegándose como justificación a través de la oficialista CTC, que sus dirigentes son desvinculados laborales y su cifra de asociados son insignificantes, a parte de calificarles como “mercenarios al servicio del imperialismo”.
A la par, un doctor en ciencias sociales que prefirió mantenerse en el anonimato, me puntualizaba: “Que los regímenes totalitarios de corte marxista, minimizan el papel de los sindicatos, porque si sus asociaciones se acogen al derecho a huelgas, automáticamente formarían parte de las estructuras de poder”.
Entretanto, la oficialista CTC, que agrupa 19 sindicatos y un 96% de afiliados del total de trabajadores cubanos, verá mermada su membrecía en un 44%, tan pronto se ejecuten los despidos anunciados por el gobierno.
Volviendo al ejemplo citado en el diario “Trabajadores”, el señor Emilio Jerez, razona, “Que resultaría más beneficioso para el régimen, que los nuevos cuentapropistas se integraran a los sindicatos estatales existentes, para impedir la formación de “gremios paralelos” con la consabida carga de exigencias y la probable utilización del derecho a la huelga.
También algunos trabajadores estatales manifestaron tener plena consciencia de que son explotados por el sistema, pero no reclaman aumentos salariales, por considerar que los sindicatos son asociaciones domesticadas por el estado. Como recurso subrepticio, apelan a “la jugada” (eufemismo de corrupción, y hurto) para atenuar el déficit económico en sus bolsillos.
El pasado 1º de mayo, día internacional de los trabajadores, el proletariado cubano desfiló masivamente en todas las plazas provinciales de la nación. Un sinnúmero de representantes de organizaciones sindicales de otros países invitadas a los festejos, observaron, como las masas de trabajadores coreaban consignas políticas, mientras callaban sus verdaderas demandas.
Por otra parte, una delegación sindical norteamericana que visitó Cuba, no contempló en su agenda reunirse con sus colegas disidentes.
Sin embargo, el señor Paul Howe secretario general de la Unión de Trabajadores de Australia, al ser invitado por el excelentísimo señor Pedro Monzón, embajador de Cuba en Camberra, rechazó el convite, al señalar que el señor Valdés Mesa, actual secretario general de la CTC, es un cabecilla designado por el régimen y no un líder elegido por los trabajadores, se refirió a la represión de los sindicatos independientes, a la encarcelación de sus dirigentes sindicales, a la exclusión de asociaciones obreras, a la negativa del derecho de huelga, también pronosticó que la nueva ola de despidos anunciada por el régimen, acuñará el total fracaso de la oficialista CTC.

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