lunes, 31 de enero de 2011

Julián Assange vs. Juan Alberto, Yunior, y Raúl


Pablo Méndez

Con el titulo de “Cadena de ilegalidades”, el pasado jueves 27 de enero, el periódico Granma bajo la rúbrica de la periodista Anaysi Fernández, sacó a la luz un articulario donde expone que tres jóvenes fueron sancionados por “actividades económicas ilícitas”. (…)… “Hecho que podría ser condenado con mayor severidad—según alegó la autora— cuando se prestan servicios sin tener la licencia correspondiente, se contrata mano de obra, y se usan materiales de procedencia ilícita”.
A los procesados se le aplicaron las siguientes penalidades: Juan Alberto, un año y 6 meses de privación de libertad. Yunior y Raúl, dos años de prisión subsidiada por trabajo correccional con internamiento, más una multa de de 5000 pesos.
¿Cuál fue el crimen cometido por estos muchachos? Juan Alberto se dedicaba a vender antenas parabólicas por encargo, y confeccionaba pantallas reflectoras con una armazón de masilla y aluminio, mientras Yunior y Raúl, vendían tarjetas satelitales de DIREC TV. En dichas operaciones ocuparon materiales, herramientas, anotaciones de números, y teléfonos de su clientela, etc.
(…)…“Estos jóvenes operaron para satisfacer a personas que pretenden vivir al margen de la ley, posibilitando que otros violen las regulaciones del Ministerio de la Informática y las Comunicaciones que norman el espectro radiofónico, y que a través de emisiones televisivas ilegalmente distribuidas llegan a diario mensajes desestabilizadores e injerencistas, ajenos a los valores culturales que dignifican al ser humano”… expresó la periodista.
Lo cierto es que estos muchachos (para nada, se citaron sus apellidos y edades), fueron intempestivamente demonizados por Granma, mientras los noticiarios de Cubavisión; La Mesa Redonda Informativa, y La cadena Tele Sur, dedican amplios espacios a sublimar y convertir en héroe, al hacker Julián Assange creador de Wikileaks.
En su afán de censura y manipulación, para los medios cubanos es más importante divulgar las imágenes de un drogadicto de la ciudad de Los Ángeles recibiendo una tunda de varios polizontes tras resistirse a la detención, que la masacre de una familia cubana en la cuneta de la autopista nacional a manos de delincuentes.
Después de 1959, los censores sacaron de nuestras pantallas a Superman, Hoppy Cassidy, el Llanero Solitario, y al cantante puertorriqueño José Feliciano sin ningún tipo de explicaciones, ¿a qué pecados obedeció tal medida?, ¿exacerbaban el terrorismo?, ¿cuestionaban el proceso revolucionario?, ¿incitaban a la subversión contra el régimen?
Gracias a la prensa libre las videocámaras pueden mostrar en vivo y en directo a todo el mundo las imágenes de un ex-miembro de la guardia personal de Castro descorriendo las interioridades de su señorío. Un “topo” de la Red Avispa desclasificando con lujos de detalles los verdaderos propósitos de los agentes de la inteligencia cubana presos en EE UU. Como fue sofocada una revuelta de estudiantes pakistaníes por destacamentos antimotines con bayonetas caladas y perros entrenados. La verdadera cara del sistema de salud cubano en el hospital Miguel Enríquez antigua Benéfica. Las golpizas propinadas por las turbas de respuesta rápida a las Damas de Blanco, y el desmentido al gobierno castrista por parte del espía y héroe de la República de Cuba Gerardo Hernández Nordelo, condenado a dos cadenas perpetuas y 18 años de cárcel. Pero las citadas noticias, no son del agrado, ni convienen ser difundidas por los espacios noticiosos de un régimen que pervive mediante el uso de la desinformación.
Julián Assange, el hacker que hizo públicos millares de archivos secretos del Pentágono y el Departamento de Estado norteamericano, “poniendo en aprietos al imperio”—según alega el oficialismo—ha emergido como un mártir para los medios cubanos, mientras espera en libertad el fallo por la demanda sueca de extradición, acusado de haber metido el biscocho en baño de María sin preservativo, al tiempo, que Juan Alberto, Yunior, y Raúl, clasifican como vulgares delincuentes que ayudaron a difundir indirectamente informaciones no catalogadas de Top Secret en cualquier rinconera del mundo—y yo pregunto—¿hasta a dónde la periodista Anaysi Fernández pretende manipular los cerebros de los incautos?

En una de sus más recientes “reflexiones”, Fidel Castro se jactó que el socialismo cubano tras veinte años de haber desaparecido el bloque soviético, aún se perpetua en el poder, ¿cómo se mantiene?, bueno hasta los perros callejeros saben que gracias a las pilastras de bayonetas y censuras informativas que le sirven de basamento, pero el día que le falle uno de sus puntales sus cuentos de chinos de Manila serán cambiados por los bye, bye Fidel, bye, bye Raúl, y bye, bye Socialismo.

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