lunes, 28 de marzo de 2011

Cámara de torturas

La terminal No2 del aeropuerto internacional José Martí de Rancho Boyeros, se ha convertido en una cámara de torturas para los viajeros que llegan al país y los anfitriones que concurren a darles la bienvenida. Según la fuente que pidió el anonimato, el salón de espera, está carente de asientos, los familiares están obligados a dislocarse por los exteriores para sentarse sobre muros expuestos al sol. Cuando arriban los vuelos tienen que apiñarse entre la multitud. Los aduaneros se ensañan con los nacionales provenientes de Miami y Ecuador, a estos últimos los obligan a mostrar sus equipajes aunque cumplan las normas de peso, con la excusa de que los Rayos X indicaron anomalías. Tras descorrer los zippers, proceden a decomisarles cargamentos de ropas, y electrodomésticos. Ellos fundamentan como razones—“cumplir órdenes para evitar que hagan negocios lucrativos”—igualmente algunos han reportado robos de pertenencias, y también reciben proposiciones para pasar “la sobrecarga”, a cambio de una determinada cifra. Cita la fuente, que los cubanos que regresan de sus visitas a EE UU o los que vienen, son los más aguijoneados por los aduaneros, y ejemplifica que un familiar suyo arribó procedente de Miami con varios reproductores de DVD para repartirlo entre sus allegados, los inspectores intentaron decomisárselos, el hombre demandó sus derechos, pero la respuesta fue un rotundo NO. Entonces los lanzó al suelo, les aplastó con los tacones, recogió los desbarates y les echó al cesto de basura, después les dijo: —“Son míos, los compré con mi dinero”—los oficiales montaron en cólera, y pidieron al cuerpo de seguridad que lo encerraran en una oficina, donde permaneció hasta las 8:00 PM, a pesar de padecer diabetes y urgirle inyectarse con insulina. Cuando llega un vuelo, los trabajadores del área de servicios ejercen la mendicidad—“Ayúdeme por favor, me pagan muy poco”—se escucha continuamente por entre el tumulto de personas.

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