lunes, 17 de octubre de 2011

Un elástico “Volverán”/

Pablo Méndez

René González, uno de los dos ciudadanos norteamericanos integrantes de la Red Avispa que espiaron a favor de la inteligencia cubana, fue liberado el viernes 7 de octubre.
Tras franquear los muros de la prisión, se fundió en un abrazo con sus hijas, después ocupó el asiento trasero del vehículo conducido por su padre, cantó al unísono canciones interpretadas por Silvio Rodríguez, conversó vía telefónica con su esposa y las imágenes fueron reproducidas en la televisión cubana hasta el cansancio.
Juzgado como un vulgar delincuente (a los espías se les trata por igual en cualquier parte del mundo) se le sentenció a 15 años de prisión, más una moción que le precisa a permanecer durante 3 años en Miami, ahora René tendrá que soslayar la miradas inquisitivas de sus traicionados compatriotas y los exiliados cubanos que conservan trazas de rencor en sus corazones.
El malogrado agente de inteligencia, sentirá pánico ante la posibilidad de que grupos extremistas le organicen actos de repudio o pretendan agredirle, como arremeten “las turbas de respuesta” contra los disidentes cubanos, violencia que no encuentra barreras ni ante las mujeres; percibirá similar sensación de secuestro, como la sufrida por más de 11 millones de personas apresados a sólo 90 millas de su actual cautiverio; estará asediado por una salta de “terroristas” que pretenden arrancarle la cabeza, según opinan, los integrantes del equipo de portavoces del régimen, quienes reciben un jugoso salario para sublimar su calvario. A la “campaña de los cinco héroes” se le adicionan otros gastos por publicidad y manutención a familiares, cuyos ceros a la derecha, totalizan una tajada millonaria acosta del maltrecho PBI de la isla.
Sin embargo, a Paco, Jorge, Rolando, Chicho, Félix y cuanto cubano consulté, se le importa un bledo las tribulaciones de René y los restantes espías apresados; a ellos le interesa más la política doméstica.
¿Por qué el transporte público está tan malo y las fuerzas represivas tienen tantos carros?—se preguntan— ¿Por qué los mercados permanecen desabastecidos?; ¿por qué el salario que percibe un hombre trabajador no le alcanza ni para servir la mesa de su casa?, ¿por qué hay tanta corrupción?, ¿por qué el techo de sus casas se les vendrán encima?, ¿por qué no pueden viajar adonde les dé la gana?, ¿por qué le prohíben ver el beisbol de “grandes ligas”?, ¿por qué Cuba es gobernada por los que no saben gobernar?, se preguntan a diario en las esquinas, en vez de demandar el regreso de los titulados “Cinco Héroes”.
La campaña por la liberación de los “cinco espías” ha suministrado publicidad a artistas y actores hollywoodenses que están en el ocaso de sus carreras; protagonismo a los frustrados; buena vida a las parentelas de los prisioneros y una fabulosa pantalla al régimen para desviar la atención de sus verdaderas contradicciones internas.El reiterado “volverán”, es un elástico que apretuja el pescuezo del cubano pedestre, quien se revela como el verdadero prisionero condenado a cadena perpetua.

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