lunes, 12 de diciembre de 2011

Concluirá temporada teatral de Shakespeare

Pablo Méndez./cubanet

Teatro “El Público”, tirará el telón de la temporada de “Noche de Reyes” de William Shakespeare, el próximo 18 de diciembre en el cine-teatro Trianón, sito en las calles Línea y Paseo en el Vedado habanero.
Con el patrocinio de la Embajada Británica, Cubarte y el Consejo de las Artes Escénicas; la dirección escénica de Tony Díaz y versión dramatúrgica de Jorge Espinosa; Noche de Reyes indudablemente está saliendo por la puerta ancha.
“Shakespeare es actual” es una frase reiterada por todos los fanes del dramaturgo inglés fallecido en el siglo XVII. Asimismo Tony Díaz se encargó de evidenciarlo con una atmósfera que comienza en el portal del Trianón donde el espectador puede leer (a manera de sinopsis), un curioso intercambio epistolar entre Isabel Tudor y William Shakespeare.
A grosso modo, la reina confiesa que desearía renunciar a los agobiantes deberes de estado, para interpretar a Julieta o Desdémona en el hemiciclo del Globo; también se inquieta con noticias del nuevo mundo, donde hay histriones depravados que ejercen el arte de las tablas; requiere ser ilustrada mediante la magia del teatro/ Shakespeare, responde estar al tanto de los comentarios, ruega dejarles tranquilos soñando con su “Noche de Reyes”, la invita a materializar su anhelo de ser actriz, profetizando que, quizás, después de varios siglos, en una pequeña isla de esas nuevas tierras, un grupo de jóvenes actores, igualmente depravados, acometerá su creación.
Ante la omnipresente Luna, la ocurrencia de una tormenta y un posterior naufragio Irrumpe “un nuevo mundo llamado Illiria” donde se desdobla un contexto cubanizado, repleto de morcillas, parodias, anacronismos, palabras obscenas, desnudos con trazos de morbo e interactuaciones grotescas que, bajo la piel del Duque de Illiria, la Condesa Olivia, Curio, María, Sir Toby, Sebastián, Sir Andrew, Malvolio, náufragos, policías, el bufón , la niña—y también—Nemesia y sus zapaticos blancos, El Sexto pidiendo: “ que le devuelvan sus cinco euros” y Virgilio Piñera enarbolando un pabellón gay, se armó una trama repleta de mensajes subrepticios entretejidos bajo el rótulo de “Sólo tiene grandeza, quien desea alcanzarla” (una cita de Shakespeare), que brotó como el súper objetivo del desenlace, desenmarañado con derroches de memoria emotiva, plagada de desplazamientos limpios, explotación de niveles, música y luminotecnia óptimas, sencillos efectos especiales, e impecables voces y dicciones, cuyo resultado global rozó la excelencia.
Desnudos y sexo caracterizan el sello teatral de Carlos Díaz. Sin embargo, algunos amantes del género—que reconocen su calidad como director—rechazan éste modelo, tildándolo de injustificado y abusivo; aunque su manejo dramático represente, para muchos, una protesta contra la homofobia, siempre hay quien se larga del teatro, o no paga un ticket para sentarse en su platea.
Al terminar la función, una muchedumbre angustiada por la falta de transporte, se apiñaba en la parada de ómnibus ignorando que en las proximidades, se produjo una rebelión teatral encabezada por Shakespeare.

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