lunes, 12 de diciembre de 2011

Un dolor de cabeza llamado transporte

Pablo Méndez/cubanet

Decir que estamos en “periodo especial con lineamientos económicos”, parecería una paradoja. Pero los vecinos del municipio Los Palacios, en la provincia de Pinar del Rio, no exageran cuando hablan de sus vicisitudes con el transporte.
Los que viven en la localidad de San Diego están obligados a salvar la distancia de 13 kilómetros para llegar al borde de la autopista nacional, donde empieza otra odisea, ya que la mayoría de los carros que transitan, vienen repletos a causa del déficit de ómnibus interprovinciales.
Tras delimitarse las fronteras con la nueva provincia de Artemisa, el hospital de San Cristóbal, el más cercano a la población de Los Palacios, dejó de prestar servicios a la municipalidad y ahora los pobladores tienen que trasladarse a la ciudad Pinar del Rio, distante unos 50 kilómetros.
Petronila una vecina de San Diego (la zona más afectada), tiene 75 años, es diabética con agudos problemas cardiovasculares, explica que para asistir a las consultas médicas está precisada a alquilar un automóvil que, por 25 dólares, (el doble del salario medio de los cubanos) la lleva y la trae.
Roberto, un obrero agrícola de 27 años, comenta que, en el policlínico de la localidad hay una ambulancia para casos de emergencia, pero la batería está agotada; recientemente, él, doblado con un fuerte dolor apendicular, se vio obligado a empujarla para que lo llevaran al quirófano con urgencia, so pena de contraer una peritonitis.
También los estudiantes del municipio, sufren por la falta de transporte y con frecuencia se les ve a media mañana, con sus mochilas deambulando por las cunetas, a la espera de que un buen samaritano “les de botella” y les aproxime a sus escuelas.
Lázaro, un trabajador del ministerio del transporte; explica que el problema de San Diego y Los Palacios son dos gotas de aguas dentro del mar de dificultades en la transportación pública. Revela que de 2000 ómnibus de tecnología china que reforzaron el transporte interprovincial en el año 2006 sólo prestan servicio 400, el resto permanecen montados sobre burros en los talleres de “Coyula”, en Santiago de las Vegas, “Sandino” y “Caamaño” en la ciudad de la Habana.
Las mayores dificultades son: el deterioro de neumáticos, baterías y las inexplicables carencias de petróleo—según Lázaro—la solución para sustituir piezas deficitarias, consiste, en sustraerlas del parque desactivado, acción que en el argot popular llaman “canibalismo”.
Agrega que los tecnólogos de la YUTONG se largaron del país y que el cáncer de la transportación interprovincial ya hizo metástasis en los ómnibus metropolitanos de Ciudad Habana. Además, puntualiza que la “omnipresente corrupción” forma parte de los problemas; pues se ha detectado que algunos choferes venden gomas de repuesto a los camioneros particulares.

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