lunes, 24 de mayo de 2010

Muppet show guajiro


Por: Pablo Méndez

Sombreros alones, tabacos—bueno—“pinchines” estuvieron los delegados al congreso de la ANAP, alguien me comentó que no parecían campesinos, puesto que no se destacó entre los presentes el arquetipo de piernas arqueadas, rostros curtidos, y el tradicional desfile de guayaberas. Asimismo en la Sala Universal de las FAR, se produjo la apertura del sector más cuestionado de los últimos tiempos. Cónclave presidido por el generalísimo Raúl Castro, y la mayimbada de: Lugo Fonte, Ulises Rosales, y Marino Murillo— ¡claro!— como era de esperarse las intervenciones emitieron; loas a la revolución, compromisos, consignas, décimas, y el copón divino. Mientras tanto, los agro-mercados continúan desabastecidos, y los precios dando por el trasero.
Prácticamente al mismo tiempo, en el festival de telecentros se premiaba el documental producido por los estudios de Televisión Serrana—“¿A dónde vamos?”—en el cual se expone, la pervivencia de los guajiros de la Sierra Maestra, aludiéndose por boca de los entrevistados; el retorno de los cuatreros, la inmigración de los montañeses, las dificultades con el transporte, carencias de botas, herramientas, y de como se echaron a perder volúmenes considerables de frutas y viandas a la espera de ser acarreadas por el MINGRI, sin embargo, contradictoriamente los delegados exigen más producción. De igual forma, fue patentizada la no rentabilidad del sector cafetalero, debido a que las tarifas estatales ocasionan más pérdidas que ganancias a los productores.
También a través de Cuabavisión, fuimos testigos de como los campesinos de provincia Habana exigían a los acopiadores estatales (los únicos que pueden comprarles sus mercancías) que sus producciones de ajos fueran recibidas, so pena de perderse por el déficit de almacenes, sin embargo—y a ultranza—un funcionario estatal alegó a los periodistas—“Que estaba cumpliendo con el proceso establecido”—
Bueno lo cierto que antes del año 1959, sin tantos bombos y platillos, de Reforma Agraria, con métodos más rudimentarios, menos avances tecnológicos, y menor cantidad de personal calificado, las producciones ganaderas, agrícolas, y azucareras, ocupaban lugares significativos a nivel de continente—y los más viejos—pudieron apreciar, como los contenedores rebosantes de mercaderías agrícolas (entre ellos se destacaban las frutas) se introducían en los ferris anclados en la bahía habanera y se exportaban a los EE UU, mientras los expendios de las redes minoristas permanecían abarrotados con similares productos. Pero la economía de mercado existente en aquellos tiempos marca la gran diferencia con la centralización actual, algo tan simple de comprender—pero a la vez—difícil de asimilar por los adictos al socialismo.
Los consultados expusieron su desesperanza, ante una posible resurrección de la agricultura cubana, que sigue encallada, sin perspectivas de navegar hacia una liberalización que fulmine las trabazones estatales. No obstante, los más optimistas citaron que todo no “es malo”—y ejemplifican jocosamente—que el cultivo de marabú, se ha elevado a niveles sin precedentes en los últimos años.

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