lunes, 1 de agosto de 2011

Habanastation juega con la pobreza

Pablo Méndez

El film cubano Habanastation obtuvo el premio a la mejor película en el festival de cine de Michigan, EE UU. Ian Padrón, su talentoso director, egresado del Instituto Superior de Arte (ISA) y popularizado por su documental deportivo Fuera de liga, llevó a la pantalla su ópera prima, en coproducción con el grupo de teatro infantil La Colmenita, el ICRT y el ICAIC, estrenándose el 16 de julio en el vecindario de Zamora, barriada marginal más conocida por Palo Cagao del municipio capitalino de Marianao.
Con el súper-objetivo de “Una misma Cuba, dos Habanas distintas”, el conflicto expuesto por Padrón, corre a causa de un videojuego Playstatión, boom tecnológico que ha producido adicción en la población infantil a nivel mundial, no obstante poseer uno de estos artefactos en Cuba, es un privilegio dado a una minoría de adolecentes cuyos familiares residen o viajan al extranjero.
Mario, interpretado por el niño Ernesto Escalona, es un chico que vive en el Nuevo Vedado (reparto de clase media-alta de la capital) su familia goza de estabilidad gracias a la bonanza económica proporcionada por su padre, en este caso un músico jazzista, a quien el régimen le permite acumular propiedad, entretanto Carlos, interpretado por Andy Fornaris, se desdobla como la oveja negra de la historia; al ser un chico huérfano, de padre preso, que vive en un barrio marginal y está obligado a subsistir en un medio hostil, además se siente disminuido ante sus compañeros de estudios por no haber tenido la experiencia de jugar con un Playstation. Tras un desfile por el 1º de Mayo en la Plaza de la Revolución, Mario toma equívocamente un ómnibus que le lleva a Guanabo, y su odisea comienza en el barrio donde reside Carlos.
Con una ringlera de gazapos que sitúan a la localidad de Guanabo en las proximidades del Cementerio de Colón y pandillas de chicuelos con escasos afro-descendientes en sus filas, hace que el espectador exigente pierda fe y sentido de realidad en la película. Pero su director fue hábil al integrar en su reparto, actores consagrados como Luis Alberto García, Blanca Rosa Blanco y Raúl Pomares, más otros humoristas profesionales que sacaron risotadas al público, sin embargo, brilló como la pincelada más artística del films, un pasaje donde los niños dialogan mientras bordean un arroyo de aguas negras,
Ian Padrón y la actriz Blanca Rosa Blanco viajaron a EE UU desde el 24 de julio, invitados por el laureado documentalista Michel Moore para someter el films al criterio del público estadounidense en el festival de cine de Michigan.

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