lunes, 2 de noviembre de 2009

El vaselinazo Por: Pablo Méndez




El usuario reclamó la bolsa de compra. La cajera le informó que no había. El hombre insistió. La chica miró las botoneras de la maquina buscando una tecla que mandara a freír tusas, no la halló, se volvió al cliente, sonrió, y reiteró un:
—No tenemos señor—
—Pero en la televisión dijeron que los almacenes del CIMEX estaban repletos de bolsas…—
—…Pues mintieron señor…Ahora, si usted es tan amable, ¿me permite continuar atendiendo a otros consumidores?—
La chica, empuño nuevamente el scanner, mientras el parroquiano acondicionó sus compras entre los brazos. Refunfuñó, franqueó la puerta y se esfumó por las travesías.
Bien señores, en Cuba el periodismo social se practica bajo una balacera de quejas, y varios espacios, tanto televisivos como radiales y de la prensa escrita, dedican espacios a recopilar tales clamores, al tiempo de emplazar a las instituciones responsables a dar respuestas por las transgresiones administrativas, o inconvenientes causados a los afectados.
En el diario oficialista Juventud Rebelde, existe una columna, llamada “Acuse de Recibo”, donde el periodista José Alejandro Rodríguez expone varios epistolarios de quejicosos ciudadanos, y en ellas podemos enterarnos, por ejemplo:
De la inquietud de un médico internacionalista que envió un paquete desde Timor Leste—hace nueve meses—y aún no ha tocado la puerta de su casa. También surgen reclamos por helados Nestlé con sabor a rayo; salideros albañales, shopping sin jabas, fosas desbordadas, electrodomésticos defectuosos, irregularidades con viviendas, — ¡Ah!— y el caso de un individuo que en 1994 despachó desde Oriente, vía ferrocarril, (un televisor manufacturado en la URSS) modelo Krin 208, y tal reliquia aún no ha llegado a su destino.
Asimismo la pantalla chica también aporta una buena tajada, y citamos el espacio “Papelitos hablan” del canal Habana, donde irrumpió un humorista trasmutado en colérico ciudadano, aquejado por una inconclusa demolición que ha provocado el vertimiento de basuras, y a su vez, la proliferación de ratas y otros vectores, cuyo abandono por parte del gobierno municipal ha causando inquietudes en hogares colindantes.
Además en otros noticiarios se exponen algunos reportajes donde las personas en un mar de contradicciones exponen sus criterios ante los micrófonos de los periodistas luego de introducirse mejoras en la ciudad. Por ejemplo: Un anciano fue abordado por un corresponsal que pretendía obtener un juicio favorable por el incremento de los ómnibus urbanos, y el abuelo le contestó: —No me pregunte a mí. Vaya a la “cola” que llevan media hora esperando un P-5—
También encontré un personaje aficionado a los discursos patrióticos, y descargas verbales, convertido en asiduo oyente del programa “Hablando Claro”, que me comentó su ansiedad por escuchar el desencadenamiento de una controversia espoleada por una misiva que envió—y a pesar de mis ruegos—insistió en citarme una de sus frases: — ¡“Parece mentira compañeros!, que en la patria de Martí. La tierra regada con la sangre generosa de tantos patriotas insignes, nos vendan el aguacate a 15 pesos, y la cabeza de ajo a 5…—
Amén de las fervorosas alocuciones. Considero que las respuestas ofrecidas a la población continuarán enchumbadas con bastante vaselina justificativa.

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