lunes, 1 de marzo de 2010

¿Desabastecimiento, o hambruna?


Por: Pablo Méndez


Enchufé el televisor, y la pantalla iluminó un mercado más una reportera esgrimiendo un micrófono: — ¡He buscado malangas por todas partes!— (comentó la entrevistada) —Entonces ¿No las halló?— ¡Qué vá!— ¡Mire las tarimas hablan por si solas!—A continuación las videocámaras encuadraron al sub delegado del MINAGRI, y al director de Cultivos Varios en la provincia Habana, los cuales expusieron cifras y datos hasta ahora inéditos. De esta forma, conocí que la demanda de Ciudad Habana en cuanto a viandas, frutas, y hortalizas, ronda las 1300 toneladas diarias, sin embargo, sólo se suministran entre 300, y 500, y el déficit está dado por las carencias de fertilizantes que ocasionaron bajos rendimientos, además, agregaron dificultades con el abastecimiento de combustible— ¡aunque adicionaron!—la expectativa de mejoras cuando reviente como un ciquitroque la cosecha de papas. En cuanto— ¿a por qué los frijoles brillan por su ausencia?— reiteraron la inconveniencia de la fertilización, pero también añadieron dificultades fito-sanitarias que expandieron algunas plagas, y despeñaron los rendimientos de 1,2 toneladas por hectárea, a 0,1, destapándose por ese conducto, el caso de los tomates, cuyos rendimientos igualmente mermaron desde 17 toneladas por hectáreas a sólo 7, sin embargo, un productor nos otorgó “esperanzas” con el suministro de plátanos, y aseguró que dicha provisión aumentará discretamente a partir del segundo semestre— por otra parte—el director de Mercados Agropecuarios en CH, contradijo la demanda capitalina, manejando en su intervención la cantidad de 800 toneladas, y alegó que son recibidas entre 390 y 400, no obstante, la provincia más poblada del país con 2.4 millones de habitantes (según las fuentes oficiales) ofertaría como máximo a cada ciudadano, casi 340 gramos de agro-alimentos, pero el suministro real es de 170 gramos, (valores no patentizados cuando atisbamos las tarimas vacías) aunque de la misma manera, debemos añadir al referido dilema, la inflación, (alza de los precios) cuya barrera limita un considerable por ciento de la población que no puede acceder a estos productos. Sin embargo—con estos guarismos—se descorchan interrogantes, en cuanto a las afirmaciones de los señores Adolfo Rodríguez Nodals (director del INIFAT, y agricultura urbana del MINAGRI), y Ulises Rosales Del Toro, (ministro del ramo) que han notificado ante las cámaras de Cubavisión que todo marcha bien y que la demanda de fertilizante químico es suplantada exitosamente con abono orgánico—pese a sus declaraciones—la ANAP manifestó que el material biológico aportado por las 3 millones de reses existentes en el país, sólo abonaría 150 mil de las 4 millones de hectáreas necesarias. Asimismo también me surgen dudas con el crecimiento agrícola de 4.5 % expuesto en el informe de la Asamblea Nacional, cuyo balance invita a preguntarnos— ¿Por qué los números no cuadran?— Entonces, zumban las aseveraciones del presidente y general de ejército Raúl Castro que calificó “la carestía alimentaria como un problema de seguridad nacional”, por consiguiente, se impone cuestionar:— ¿Por qué el estado compra video cámaras de vigilancia en vez de adquirir fertilizantes químicos?— ¿urge más, vigilar al pueblo que el reflujo de sus estómagos?

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